«Llama a un inspector» («An Inspector Calls») es una obra de teatro escrita por J.B. Priestley, estrenada por primera vez en 1945. La obra es un drama de misterio y crítica social que se desarrolla en la casa de la familia Birling, en Inglaterra, en una noche de 1912. La trama comienza con la familia Birling celebrando el compromiso de Sheila Birling con Gerald Croft, un evento que se ve interrumpido por la llegada inesperada de un misterioso inspector de policía llamado Goole.

El inspector anuncia que está investigando el suicidio de una joven mujer llamada Eva Smith, y a medida que la noche avanza, se revela que todos los miembros de la familia Birling, así como Gerald Croft, tienen conexiones con la joven y podrían haber contribuido a su trágico destino. A través de una serie de interrogatorios, el inspector desentraña una red de secretos, mentiras, y responsabilidades éticas y morales, obligando a cada personaje a enfrentarse a sus acciones y a su impacto en la vida de Eva Smith.

La obra es conocida por su estructura dramática tensa y por su fuerte crítica a las actitudes y valores de la clase alta británica, especialmente en lo que respecta a su responsabilidad social y moral hacia las clases más desfavorecidas. Priestley usa el personaje del inspector Goole como un vehículo para cuestionar la conciencia social y moral de la familia Birling y, por extensión, de la sociedad en su conjunto.

Representada en 2007, como en otros momentos desde su debut, «Llama a un inspector» probablemente resonó con las audiencias contemporáneas por su mensaje atemporal sobre la importancia de la responsabilidad social y la interconexión entre las vidas de las personas. La obra sigue siendo relevante para las audiencias modernas, ya que aborda temas de justicia social, ética y la necesidad de compasión y empatía hacia los demás.